miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un Ondas para un policía


Joaquín Sabina regala su premio por '19 días y 500 noches' a su hermano Curro, inspector jefe que se jubila tras 41 años de servicio

10.11.09 - JUAN ESTEBAN POVEDA JAÉN

El inspector jefe de la Policía Nacional Francisco J. Martínez Sabina recibió un regalo inesperado en el homenaje que le tributaron ayer por su jubilación, tras 41 años de brillante servicio en la Comisaría de Jaén: un premio Ondas. Ya tiene la Cruz Blanca al Mérito Policial y la Cruz al Mérito Civil. Y desde ayer, un Ondas. Ni más ni menos. Lo recibió con más de doscientas personas en pie aplaudiendo, y de manos de su hermano, Joaquín Ramón Martínez Sabina (Joaquín Sabina para el gran público). Es el Ondas que le entregaron al cantante ubetense por su disco '19 días y 500 noches'.
Estuvo torero Sabina. A lo José Tomás. El ambiente era propicio. Su hermano fue presidente de la plaza de toros de Jaén y la sala rebosaba de gente del toro mezclada con policías. «Después de lo de Jorge Javier Vázquez, no lo devuelvo como Paco Camino y José Tomás, pero te lo entrego a ti para que lo tengas en tu casa», bromeó el artista. Y le dio a su hermano el Ondas y un tremendo y sentido abrazo. Siguieron las emociones y los discursos propios del homenaje, y el premio quedó depositado en la mesa de los regalos junto a una placa con estatuilla, un chándal para la vida de jubilado, la insignia de plata de la Asociación de la Prensa de Jaén, la portada de un periódico local y un juego de copas de vino y decantador, entre otros presentes hechos por compañeros, colectivos sociales y personalidades de la vida social de Jaén.
Acudió artista el Sabina cantante al homenaje del Sabina policía. Le tiró un soneto improvisado. «Porque estrenaste pantalones largos/ y novia tres años antes que yo/ porque a la hora del destierro amargo/ remendaste mi ausencia con honor/ Por la infancia ubetense compartida/ por tanto Viernes Santo, tanta tos/ tanto Paseo Mercado, tanta corrida/ porque nunca hemos sido más que dos/ Sin corbata, es verdad, pero con traje/ y el corazón dispuesto al homenaje/ forzosamente ejerzo de paisano/ Siempre que se jubila un policía/ los chorizos dan saltos de alegría/ y brindan con Sabina por su hermano».
Hay mucha historia detrás de esos catorce versos. Mucha poesía de cercanía tras la distancia pasada. Un colorín colorado feliz a las comidillas sobre las relaciones familiares.

Dos 'joaquines sabina'
Francisco J. Martínez Sabina nació en Huelva, en 1945. La 'J', curiosamente, es la J de Joaquín. Inspector jefe Francisco Joaquín Martínez Sabina, reza el tarjetón de su homenaje de ayer. Eran tiempos de posguerra y en la familia habían sufrido la tragedia de dos fallecidos en la contienda (Francisco y Joaquín, uno por parte de madre y otro por parte de padre). Los padres pensaron que no tendrían ya más hijos. Y pusieron al primero los nombres de los dos. Luego tuvieron otro hijo más: Joaquín Ramón, lo nombraron. El segundo fue el que salió artista y se fue por esos mundos con sus sonetos y su guitarra. Mientras, su hermano y tocayo seguía los pasos de su padre y se hacía policía, con plaza en Jaén desde 1969.
Francisco J. Martínez Sabina tiene una estrecha relación con los medios de comunicación desde hace veinte años: ha sido todo ese tiempo responsable del gabinete de prensa y relaciones públicas de la Comisaría de Jaén. Aunque cuando picaba notas de prensa en su vieja máquina de escribir (fue reacio al ordenador hasta el final) nunca pensó que le iban a dar un premio Ondas. Y menos aún a la mejor canción.

ENLACE: http://www.ideal.es/granada/20091110/gente/ondas-para-policia-20091110.html
Añadí este artículo a mi blog por mi simpatía a Joaquín Sabina, y por el hecho de que yo sabía, por boca de mi madre, aunque bilbaína, pasó gran parte de su vida en Linares, que el padre del autor de "Telespañolito" era un policía que trabajaba en Jaén, y que varios cercanos a mi madre lo conocían.
Pero también lo incluyo porque resulta curioso cómo ha cambiado el rock desde los 60 hasta ahora: Antes a los rockeros les gustaba cantidad ir a contracorriente, ser anti-sistema, ser anti-tabús, incordiar a las mentes bien pensantes, o sea, ser rebeldes, pero el tiempo pasa, y la gente cambia, y los cambios han hecho que el ser rockero signifique, al igual que en los años 50, ser amante de la música negra en general: gospel, jazz, blues, y así un largo etc. A los rockeros con cabeza, ya sean los maduros o los nuevos que nunca aspiraron incordiar a nadie, sólo les interesa o hacer canciones populares o componer piezas de denuncia social, pero la rebeldía ya no les interesa, porque el ser rebelde porque sí, sin justificación, a la hora de la verdad, no lleva a ninguna parte. Y ésto es algo que, me parece que, los rockeros de este país no lo saben todavía, y gente como Pereza creen que la rebeldía les ayudará a ser grandes... ¡Qué gran chorrada, Dios mío, qué gran chorrada!
Por eso me alegro de lo que Joaquín Sabina hizo, porque en el fondo nunca sintió vergüenza de que uno de sus hermanos fuera policía, incluso le llegó a regalar un premio que recibió como detalle por su jubilación. De todo corazón, me alegro por tí, Sabina.

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